A crecer como una semilla que se convierte en un árbol frondoso que da muchos frutos, a eso vinimos a esta vida, para eso nacimos. No hay frutos sin crecimiento, sin cultivo, sin un ambiente propicio. En estas páginas se encuentran sembradas cincuenta y dos semillas para que, semanalmente, puedas continuar tu trabajo de crecer, de ser mejor persona y de desarrollar tu capacidad de amar hasta límites increíbles, como lo hizo Jesús de Nazaret.