La pasión siempre ha sido fundamental para descubrir la verdadera naturaleza de los hombres. En especial, porque fue considerada como delatora al poner de manifiesto la irracionalidad que reduce el nivel moral y la calidad ética.Por lo anterior, la mayor parte de la historia del pensamiento consideró la pasión y la razón irreconciliables entre sí. Con todo, nunca ha sido posible negar en absoluto cierta racionalidad a la pasión. Y aunque la racionalidad se desgastó en reprimir a las pasiones, también dio la puntilla para manejar los sentimientos y los afectos. Con ello, perdió el rumbo para descubrir los tesoros del profundo mundo pasional.