La era digital y las nuevas tecnologías de la comunicación constituyen una gran oportunidad también un desafío para la misión de la Iglesia y de la vida consagrada. Las personas consagradas, conscientes del cambio cultural y de la necesaria adaptación a la nueva cultura, no quieren estar al margen de la misma, sino buscar caminos de misión y comprensión de este nuevo tiempo en el que el "Continente digital" es el nuevo areópago de la misión.