Estos cuatro autores, dos teólogos católicos, una teóloga protestante y un escritor judío, nos hablan de la fragilidad de Dios desde perspectivas distintas pero complementarias que nos dejan, una vez terminada la lectura del libro, el sabor de haber descubierto algo totalmente nuevo que no nos esperábamos, la sensación de que en el centro de mi universo religioso tiene que cambiar algo que, en el fondo, significa un cambio de paradigma en la propia vida.