Hoy en día, millones de personas frecuentan magos, tarotistas, sesiones espiritistas, sectas satánicas y ocultismo. A su servicio trabajan miles de personas, con un volumen de negocios incalculable. ¿Por qué, en cambio, es tan difícil encontrar un exorcista?; ¿Por qué es casi imposible acercarse a un sacerdote que sea experto en esta meteria, o que por lo menos crea en la posibilidad de los maleficios? El ejemplo y la enseñanza de Cristo son muy precisos, como es determinante la tradición de la Iglesia. Pero los católicos de hoy están totalmente desinformados. ¿Cómo reconocer las personas malignas?; ¿cómo prevenirlas y cómo vencerlas? Los exorcismos están reservados a los sacerdotes encargados, en tanto, todos los creyentes pueden hacer oraciones de liberación. ¿Qué diferencia hay?; ¿qué normas hay que observar?; ¿puede un difunto habitar en el cuerpo de un viviente?; ¿existen las almas errantes?; ¿qué problemas abiertos y no resueltos se presentan en este campo? El nuevo libro del padre Amorth responde a éstas y a muchas otras preguntas, demostrando sus argumentaciones con una abundante exposición de hechos recientes.