En esta obra, el autor nos muestra la inmensa bondad de Dios al regalarnos a los ángeles, guías y compañeros en nuestra vida, y así pone a nuestro alcance una dimensión desconocida pero fundamental de la fe. Los ángeles son las criaturas más cercanas al modelo divino y su nombre indica que su tarea es la de ser un vínculo entre Dios y los hombres: en efecto, ángel, en hebreo y en griego, quiere decir "mensajero", "delegado" o "embajador". Desde la creación y a lo largo de toda la historia de la Salvación, los encontramos anunciándola, de lejos o de cerca. Los ángeles toman parte en el gobierno de Dios sobre la creación, como "poderosos ejecutores de sus órdenes" según el plan establecido por la Divina Providencia. Los santos ángeles nos permite conocer, acercarnos y amar a los compañeros, guías y protectores de nuestras vidas descubriéndolos como enviados y mensajeros de Dios, como una ayuda y protección, y como seres perfectamente puros que presentan ante Dios nuestras oraciones e interceden por nosotros. Nos ilustra lo especiales que somos los seres humanos para Dios, al asegurarnos la existencia de un ángel custodio que cada uno tiene asignado para sí.