¿Alguna vez has hecho algo con tanta prisa que al final todo te ha salido mal? O quizá pensabas que sabías cómo se hacía una cosa, pero en lugar de comprobar si estabas en lo cierto, simplemente te pusiste a hacerlo y armaste un buen lío. A todos nos ha pasado algo así. Le pasó a mi mamá la semana pasada cuando preparaba mi tarta de cumpleaños, le pasó a mi profesor, cuando sonó el timbre del recreo y Bruki se escapó. Tranquilizarse y tomarse el tiempo necesario par hacer algo bien a la primera, siempre es una buena idea.