Hoy está ya plenamente afianzada la sólida convicción de que la Biblia es el principio y fundamento de todos los enunciados de la fe. Esta versión busca el sentido de los textos bíblicos en sí mismos, analiza su lugar de origen histórico, cultural y geográfico, la historia de su transmisión oral y las etapas de su consignación escrita prolongada durante siglos y con múltiples y accidentadas etapas, la intención de los autores y el género literario a que recurrían.
Este caudal de nuevos conocimientos se ha aprovechado para incorporarlo a la traducción de la Biblia que Herder Editorial publicó por primera vez en los años sesenta y setenta y de la que se hizo cargo en su día el padre Serafín de Ausejo. Aquella edición ha sido profundamente revisada y actualizada, y se han incorporado las modificaciones pedidas por los avances científicos y por las nuevas actitudes y sensibilidades, religiosas y culturales, de los tiempos. La Biblia es un texto destinado a ser leído en voz alta ante la asamblea del pueblo en las celebraciones litúrgicas; la calidad literaria de la traducción es por ende de enorme importancia. El traductor debe elegir, entre las varias fórmulas posibles, aquella que mejor puede ser «pronunciada», y resulte más fácilmente inteligible cuando sea «oída». Por esta razón, se renuncia a signos diacríticos que intentan reproducir sonidos griegos o hebreos inexistentes en castellano y las grafías de los varios centenares de nombres propios de la Biblia han sido adaptad