Inspirado por las ideas de la conferencia de Aparecida, Galli nos presenta una propuesta para una nueva pastoral urbana, ya que cada vez más personas viven en las megalópolis del mundo.
La afirmación «Dios vive en la ciudad» procede del
Documento Conclusivo de Aparecida (A 514). A partir
de ella, el teólogo argentino Carlos María Galli nos invita
a pensar, desde la fe y el Evangelio, la presencia de
Dios en los ambientes urbanos.
A la luz del espíritu de la Conferencia de Aparecida,
Galli afirma que la fe descubre a Dios no solo en los
lugares de su presencia, sino también en los signos de
su ausencia. Porque, en realidad, Dios no vive en el
campo o la ciudad. El habitar de Dios se da más bien
en su identificación, por el Espíritu de Jesucristo, con
los hombres, aun en sus experiencias más contradictorias.
«Las sombras que marcan lo cotidiano de las ciudades,
como, por ejemplo, violencia, pobreza, individualismo
y exclusión no pueden impedirnos que
busquemos y contemplemos al Dios de la vida también
en los ambientes urbanos.» (A 514)