Los problemas que se nos plantean, a la hora de cantar en las celebraciones, son de muy diversa índole, pero casi siempre nos encontramos con un denominador común a toda la problemática: los que tienen que animar las celebraciones tienen muy buena voluntad, pero carecen, en la mayoría de los casos, de una sólida formación litúrgica y musical. Estas páginas pretenden precisamente servir de guión y ayuda a los animadores del canto de la asamblea, para que, como recomienda la Sacrosanctum Concilium (n. 115), sepan lo que se traen entre manos, sean conscientes de su gran responsabilidad ante la asamblea y, sobre todo, se sientan animados ante una tarea tan noble y digna de toda alabanza y ante un servicio pastoral tan urgente y necesario como es la animación litúrgica y musical de nuestras asambleas, en las que nos reunimos para expresar y vivir gozosamente la fe común de la Iglesia y celebrarla festivamente a traves del canto.