Cuidar a los mayores cuando tienen determinadas necesidades, debidas a las frecuentes dependencias asociadas al deterioro físico o mental, es un arte. «Cuidar bien» pasa por comprender algunas dinámicas que se dan cita en el proceso del envejecimiento y de las relaciones interpersonales. Humanizar los cuidados requiere no sólo reconocer la dignidad intrínseca de cada ser humano, con independencia de su edad, sino también traducir en estrategias concretas las atenciones a esas necesidades específicas.