«Los cristianos hemos de admitir que no somos grandes expertos en el tema de la alegría... Con frecuencia, no damos un testimonio de alegría. Nerviosos y tensos, preocupados o superocupados, olvidamos que éste es nuestro primer apostolado, y al final parecemos más comprometidos e inútilmente sombríos que contentos de servir al Dios de la alegría». La primera parte de este libro nos muestra los componentes psicológicos de la alegría, y la segunda sus dinamismos psicológicos (la alegría como libertad; la libertad para hacer las cosas por amor; la alegría del perdón; la alegría como libertad para esperar, etcétera).