Mujeres y varones se juegan gran parte de su felicidad y su realización personal en el amor, que asume su forma duradera en el casamiento y la familia.
En pocos sectores de la existencia entran en contacto tan inmediato la vida y la fe del creyente como en el matrimonio. En pocos terrenos se percibe hoy tanta discrepancia entre la doctrina oficial de la Iglesia y las convicciones prácticas de muchos creyentes como en las cuestiones que atañen a la sexualidad y al matrimonio.