Los estudios que integran esta obra se mueven conceptual y metodológicamente entre lo filosófico y lo teológico. No pretenden afirmar lo absoluto, sino dejar que se haga presente, nombrarlo y distinguir sus modos de aparición. Y si consiguen que Dios aparezca y se proponga como amable, entonces el hombre podrá libremente asentir o disentir a su existencia, pero implicando la suya propia en su decisión.