Treinta y cuatro teólogos y teólogas latinoamericanos brindan una visión panorámica sobre lo que fue la teología de la liberación. Cada uno ha escrito un relato en el que mezclan lo biográfico y teológico. Es un libro-documento que también ofrece nuevos temas.
Hace tiempo que la teología de la liberación (TL) viene siendo obsequiada con el silencio. Parece que ya no molesta ni a la curia romana. Incluso voces amigas se preguntan, con resignación histórica, si no habrá naufragado por completo aquel movimiento teológico que tantas esperanzas suscitó en los setenta. Los más viejos del lugar recordamos bien que se trató de algo más que de una fugaz moda teológica. La TL latinoamericana supuso una gran sacudida. Algunos vieron en ella una amenaza política para el continente. Se trató de una teología con consecuencias. Contenía avisos urgentes para las iglesias y sus jerarcas, para la economía y la política, para la sociedad. Proponía nuevas formas de ejercer el poder.
¿Qué queda de todo aquello? Es la pregunta que responden los 34 teólogos y teólogas que, invitados por Juan José Tamayo y Juan Bosch, participan en esta obra. He leído las casi 700 páginas del libro con gran respeto y admiración. Los hombres y mujeres que a ellas se asoman ofrecen 34 relatos en los que habla su vida y su teología. Constituye un gran acierto este encuentro entre lo biográfico y lo teológico.
Figuran, naturalmente, algunos de los más conocidos: G. Gutiérrez, H. Assmann, E. Dussel, los hermanos