A partir de un hecho (la negativa de un soldado cristiano a ceñirse, en una parada militar, la preceptiva corona de laurel), Tertuliano fue redactando sucesivamente los tres escritos que aquí se ofrecen: La corona, A Escápula, La fuga en la persecución.
Aquel hecho insólito provocó el escándalo y el rechazo de la sociedad pagana, pero también la discusión entre sus camaradas cristianos y en la misma iglesia local: buena ocasión para que Tertuliano un doctor acostumbrado a instruir a los catecúmenos se pusiese a redactar el tratado de La corona. Mediante una argumentación doctrinal e histórica, prueba la carga idolátrica de la corona, algo lógico en una sociedad totalmente dominada por la idolatría; pasa luego a examinar la discutida compatibilidad del cristiano con el enrolamiento en el ejército. Con la defensa de aquel soldado disidente, Tertuliano mostraba una espiritualidad de ruptura, la que le llevó también a entender la vida cristiana como una preparación para el martirio.