Interesantes y profundas reflexiones, elaboradas por un gran santo, sobre el amor que Jesucristo nos manifestó en el transcurso de su Pasión. Para el autor lo que importa por encima de todo es amar a Jesucristo, nuestro Redentor; de ahí su insistencia en la conveniencia de meditar en su pasión y muerte, que es donde, de un modo más conmovedor, Dios hecho hombre es capaz de robarnos el corazón