Conocer a Don Bosco a través de las cosas inanimadas que estuvieron en contacto con él: el reloj, la sotana, los zapatos, la jaula del mirlo, la varital del saltimbanqui. Así, percibir rasgos de la espiritualidad que sustentó la vida interior de ese sacerdote comprometido con ser “buen pastor” para el mundo de los jóvenes.