El ser humano busca… busca constantemente. Lucha por conquistar la luz, porque lo importante no es caminar, sino preguntarse hacia dónde y para qué se camina. En este mundo lleno de confusión, cambios y mentiras, la necesidad de descubrir la verdad y encontrar el sentido de la vida se vuelve imperiosa.
Esta búsqueda se llama discernimiento, es decir, distinguir una cosa de otra señalando sus diferencias. Es una gran aventura hacia el interior de nosotros mismos, especialmente al enfocar nuestra atención en los sentimientos. El hombre no es solamente inteligencia e ideas, es también vida, pasión, amor. Conocer la voluntad de Dios no es tan difícil, pero conocemos a nosotros mismos y aceptamos con amor, ése es el reto.
Quién mejor para guiarnos en el proceso del discernimiento que Guillermo, catequista, jesuita y sacerdote, que con toda su experiencia entre los pobres y sencillos nos comunica sus más bellas lecciones de manera fácil, con profundo cariño, humor y madurez espiritual.