Muchas personas que, por distintas causas, viven solas habitacionalmente, no sufren psicológicamente la soledad, porque mantienen y cultivan abundantes y buenas relaciones personales.
¡Viven amando y sintiéndose amadas!
Y hay muchas otras personas que conviven con su pareja matrimonial y con familiares, o viven en distintos tipos de comunidades, y padecen soledad porque no se comunican con amor y viven sufriendo malas relaciones.