La sanacio´n es un proceso, porque la vida es un proceso. Nacemos, crecemos, morimos, resucitaremos y, en todo ese camino, es casi imposible no herir o que alguien nos hiera. Por eso el perdo´n es una constante, es un crecimiento en el amor. Es tambie´n apertura al otro en la compasio´n. Y es, sin duda, un signo de madurez en el camino espiritual. Si pretendemos crecer en la fe, estaremos involucrados en esta aventura.