Durante los cuatro años que duró su celebración, el concilio Vaticano II cautivó a las audiencias televisivas con sus espléndidas y elegantes ceremonias públicas, al tiempo que sus debates ofrecieron noticias de fuerte impacto a un ritmo casi semanal. Para muchos, se trata indudablemente del acontecimiento religioso más importante del siglo XX, con repercusiones que se dejaron sentir mucho más allá de la Iglesia católica.