Desde hace algunos años, los neurólogos se están introduciendo en el mundo de la pedagogía intentando demostrar y convencer al profesorado de que el cerebro de sus alumnos, órgano responsable de su aprendizaje, debe ser estudiado y comprendido para garantizar una mejora en el proceso educativo.
El profesorado no suele tener acceso a este tipo de información sobre el funcionamiento cerebral de sus alumnos y tampoco conoce cómo utilizar recursos emocionantes que favorezcan un aprendizaje para toda la vida.
Por este motivo precisa tener conocimientos básicos sobre el mundo emocional, tanto el personal como el de sus aprendices, factores ambos que van a incidir con toda seguridad sobre su bienestar docente a la vez que le permitirán transformar sus estrategias educativas y optimizar el aprendizaje de los alumnos.
Ese es el objetivo fundamental de esta investigación, acercar al docente los descubrimientos más significativos de la neurociencia de una forma sencilla y práctica.
Mientras los científicos son cautelosos al presentar sus descubrimientos sobre el cerebro, lo que ya han descubierto proporciona importantes innovaciones para las prácticas educativas. Por primera vez en la historia tenemos la oportunidad de comprender, cambiar y actuar desde la biología del aprendizaje en vez de seguir prácticas transmitidas, y asumidas como óptimas.
Es importante hacer una revisión de las prácticas que solemos aplicar en el aula, y comprometernos nosotros mismos a dejar lo que es inef