El verdadero tesoro descubierto es la confianza en sus propias capacidades.
Había una vez tres piratas cascarrabias y achacosos que malvivían en un asilo a las afueras de la gran ciudad: Gafaloca, Manirroto y Patachula. Eran grandes compañeros y habían navegado durante años a bordo del Tiburón, un antiguo cascarón de siete velas que se caía a pedazos cuando lo vendieron por cuatro duros: el único barco del mundo con reuma. Un día, llegó carta de su antiguo capitán Lagartijo... ¡con el mapa del tesoro!